Las Tres Lecciones Maestras del Liderazgo (Parte 3)

ección Maestra #3
Los líderes inspiran a otros a su propia grandeza

Los líderes no son solamente líderes por su propio bien. Los verdaderos líderes son aquellos que inspiran a las personas a su alrededor a también explotar todo su potencial y asisten a esas personas para que también se puedan convertir en líderes. Los líderes entienden que la propia grandeza se queda pequeña al lado de la grandeza de todos nosotros y que uno es demasiado pequeño como para pretender hacer grandes cosas.

Un estudio a cientos de personas y líderes que se resume en el libro Empresas que sobresalen por Jim Collins, revela que los líderes dejan a sucesores que hacen su trabajo igual de bien, o hasta mejor que ellos. Esto quiere decir que los líderes dejan un legado.  Y qué mejor legado que pasar la antorcha. Qué mejor legado, que inspirar a otros a su propia grandeza, para que sean líderes también.

 

Ejemplos

  • John Maxwell le preguntó a líderes si se habían convertido en líderes porque (a) les habían dado una posición de liderazgo, (b) hubo una crisis en la organización o (c) alguien les había ayudado a convertirse en líder. Más del 80% indicó que se habían convertido en líderes porque alguien les había asistido a lo largo del proceso de convertirse en líder– es decir, otro líder los había inspirado a su propia grandeza.
  • Dale Carniege era un verdadero maestro en identificar y desarrollar a otros líderes. En una ocasión un reportero le preguntó cómo había hecho para contratar a 43 millonarios. Carniege respondió que no eran millonarios cuando empezaron a trabajar con él. Se convirtieron en millonarios como consecuencia de trabajar con él. Él dijo: “Los hombres se desarrollan de la misma manera que el oro en la mina. Se deben remover varias toneladas de tierra para obtener una onza de oro. Mas usted no va a la mina en busca de la tierra, va en busca del oro.” Los líderes inspiran a otros a su propia grandeza porque ven el valor/potencial/oro que tiene esa persona y le ayudan a explotarlo.
  • Napoleón Bonaparte era un líder de líderes. Él conocía a cada oficial de su ejército por nombre. Le gustaba ir por todo el campamento, encontrarse con un oficial, saludarle por su nombre y hablar sobre alguna batalla o maniobra que el oficial conocía y en la que había tenido participación. Nunca desperdició una oportunidad para preguntar sobre el pueblo natal de un soldado, su esposa y su familia; todos se sorprendían de ver cuánta información personal detallada sobre cada uno podía almacenar el emperador en su memoria. Puesto que cada oficial sentía el interés personal de Napoleón, es fácil de entender la devoción que todos sentían por él. Los líderes generan más líderes porque inspiran a las personas a su alrededor a su propia grandeza. Napoleón Bonaparte consiguió esto al interesarse sinceramente por las personas.

 

¿Qué es lo que tienes que hacer si quieres inspirar a otros a su propia grandeza? La verdad es que este tema lo cubrimos con mucha más profundidad en nuestro curso Líderes EXTRAordinarios, pero déjanos darte dos consejos al respecto:

 

Lo que debes hacer para vivir esta lección maestra

Si quieres ser un líder que inspira a otros a su propia grandeza, tienes que ser un despertador humano. Probablemente te estés preguntando a qué nos referimos con esto. Déjanos hacerte una pregunta: ¿Qué es lo que hace un despertador por la mañana? Despierta a una persona, ¿no es cierto? Un despertador lo que hace es que la persona deje de soñar y empiece a actuar. Tú, como líder, tienes que ser un despertador humano.

Muchísimas personas pueden ver el lado positivo en las situaciones de otras personas, pero son incapaces de ver todo el potencial que les brinda su propia situación. Muchas personas saben identificar con mucha precisión los talentos de otras personas, pero no ven ni usan sus propios talentos. Tú tienes que ser un despertador humano: si ejerces la lección maestra anterior de ser una fuente de recursos y te enfocas en ver el potencial de cada persona, todo lo que tienes que hacer ahora es transmitirle a las personas ese potencial que ves en ellas. En otras palabras, ¡despiértalas! Hazles parar de soñar. Hazles parar de estar en ese mundo en el que ellos se victimizan por todo y no son capaces de sacarle provecho a su propio potencial. Ayúdales a descubrir ese potencial. Hazlos despertar, para que paren de soñar y empiezan a actuar. Sé ese despertador humano que inspira a otros a su propio potencial, sé ese líder que inspira a otros a su propia grandeza.

 

Lo que debes evitar para vivir esta lección maestra

Si ser un despertador humano te ayuda a inspirar a otros a su propia grandeza, debes evitar a toda costa esperar recibir algo a cambio de tus acciones. Muchas personas esperan recibir algo a cambio por todo lo que hacen. Sin embargo, los líderes que inspiran a otros a su propia grandeza no piensan en términos de recibir. Los líderes que inspiran a otros a su propia grandeza sólo piensan en servir a tantas personas como puedan, sin esperar nada a cambio. La verdad es que las personas no quieren ser lideradas por una persona que está pensando en ofrecer algo, pero espera algo a cambio. Las personas quieren ser lideradas por una persona que les está sirviendo, no por razones egoístas, sino sólo porque tiene el sincero deseo de servir.

Si sólo piensas en recibir, tu gente se va a resistir a ser liderada por ti. Si piensas en servir, tu gente te va a seguir. Si lo que te motiva como líder es un deseo sincero de poder servir a las personas de la mejor manera que puedas, el resultado será, que ellas te seguirán con toda naturalidad.

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